domingo, 20 de enero de 2013

FRONTERAS EN EL MAR. O cómo la amenaza de guerra contra Perú planea sobre las conciencias chilenas.

Mapa del conflicto
Atravesar el tramo que separa Tacna (Perú) de Arica (Chile) supuso uno de los momentos más locos del viaje. A ambos lados de esa línea imaginaria que supone cualquier frontera el terreno desértico y áspero se empeña en contradecir las diferencias del discurso nacional. Diferentes países para una misma tierra; sus pobladores tienen más rasgos en común que diferencias. Por ejemplo, ser, para sus respectivos Estados, meros apéndices funcionales; orillas de sus metrópolis que cumplen la función de contención y desagüe. Sin embargo, la actual situación fronteriza tiene tintes dramáticos. Los túneles construidos desde el borde chileno parecen ser un hervidero en estos días repletos de maniobras a la espera de la orden ministerial que de comienzo a un enfrentamiento que se atisba inevitable. Lo que más curiosidad me despertó fue lo recurrente del tema en las conversaciones habituales a partir de Arica, circunstancia que se contraponía a la nula presencia del mismo en las charlas de sus vecinos del Norte. Pareciera como si el chileno medio (si es que acaso existe ese concepto) deseara una confrontación militar con el Perú, o al menos eso se desprende de las variadas conversaciones que mantuve a lo largo de este país.

El conflicto tiene su origen en la guerra del Pacífico, de 1883, que terminó sin un acuerdo específico sobre la división marítima entre ambos países y que propició efectos negativos especialmente para un tercero en discordia, Bolivia, que perdió una importante extensión con salida al océano incluida. No obstante, el pequeño país andino parece tener bastante con la miseria y la explotación que padece. La cuestión es que el caso llegó al Tribunal Internacional de La Haya, en vista a la reiterada negación por parte del gobierno chileno de comenzar las negociaciones con su homólogo peruano. Sin embargo, este hecho no supone nada significativo para una parte (importante parece) de la población chilena que no contempla la posibilidad de revisar sus fronteras marinas y vería con buenos ojos la posibilidad de la guerra. Más allá de las consideraciones técnicas y legalistas, mi espanto se produce al comprobar la sin razón bélica justificada desde esa especie de opinión pública. El ejecutivo de Piñeira ya ha corroborado que, sea cual sea la decisión que se tome en el Alto Tribunal, ellos no acataran una resolución contraria a sus intereses. Es decir, si les dan la razón genial; en caso contrario, que Perú se prepare para una acción invasiva.

El negocio empresarial de las guerras es el más macabro rostro de la lógica capitalista. Chile lo sabe, y como buen baluarte de la doctrina neoliberal, reconoce en el enfrentamiento una interesante vía de aumentar los rendimientos de su industria militar. Además, es consciente de la ventaja tecnológica y logística respecto a su previsible adversario que se haya tremendamente mermado en este terreno debido a su situación interna inestable y a la corrupción gubernamental fuertemente arraigada que ha llegado al absurdo de adquirir aviones de combate que ni podían volar y carros de asalto que no arrancaban. Las guerras son escenarios indeseables pero en este caso, además, nos encontraríamos ante una guerra desigual y desleal. Cabe destacar que Chile ejerce un poderoso control sobre otros países de su entorno en su papel de potencia patrocinada por el poder financiero mundial dentro de su marco de influencia siendo Perú el país en el que la invasión económica es más pronunciada. Numerosas empresas ejercen a través del dumping el empobrecimiento sistemático de la economía nacional peruana en diversos campos, especialmente la alimentación y el transporte. Todo esto ocurre, por supuesto, con el beneplácito del gobierno de turno en Perú.

Pescadores chilenos y peruanos hermanados.
Así pues, una vez más, el resultado es el esperado. Ciudadanos enfrentados por sus gobernantes y por los intereses económicos que los controlan y que deciden desde los cómodos despachos de Santiago y de Lima mientras se sientan a ver cómo crece la crispación, el odio y las mentiras cruzadas para asentar en el imaginario colectivo que la guerra es el único medio deseable para mantener los intereses nacionales a salvo. Mientras escribo esto me pregunto por esas gentes que, de uno y otro lado, sobreviven a ambos márgenes de la frontera. Me pregunto por esos convecinos que viven separados por unos cuantos metros, que comparten un mismo idioma, un mismo pasado de invasiones y muerte, una misma tierra de dunas y mares helados... un mismo océano en el que pescar. Y es que, al final, ese es el fondo de todo. 
¿Quién tiene más derecho a explotar esas aguas? 
¿Hasta dónde llega la sin razón para enfrentar a estxs pescadorxs que comparten una misma tierra? ¿Acabaran a tiros, de nuevo, lxs pobres de ambos países?

Más info:
- http://mexico.cnn.com/mundo/2012/12/06/chile-y-peru-buscan-en-la-haya-acabar-con-un-conflicto-de-mas-de-120-anos
- http://www.larepublica.pe/02-12-2012/en-arequipa-temen-guerra-si-peru-gana-en-la-haya 
- http://www.larepublica.pe/02-12-2012/la-frontera-que-no-los-separa
- http://fahrenheit2012.wordpress.com/2012/12/05/predicciones-de-una-guerra-de-chile-contra-peru-luego-del-fallo-de-la-haya/
- http://www.guioteca.com/internacional/claves-para-entender-el-conflicto-chile-peru-ante-la-haya/
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario