En el anterior artículo me refería a
las sombras de un ejecutivo que no ha sabido (ni querido seguramente)
hacer suya la bandera del respeto a la naturaleza y el respeto a las
comunidades indígenas que siguen defendiendo el derecho a vivir
lejos del desarrollismo capitalista. Sin embargo, sería injusto no
hablar de las luces; de las numerosas iniciativas que el gobierno de
Rafael Correa ha implantado desde su investidura en 2007.
Ecuador vivió su particular pesadilla
moderna a partir de los años 70-80, cuando la crisis que acabó
desatándose a finales de los 90 comenzó a gestarse. Una combinación
de terratenientes y banqueros nacionales, junto con los hombres de
negro de las instituciones garantes del terrorismo financiero (Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Comercio
Americano), acabaron con el crecimiento de Ecuador a base de
corruptelas y recetas de endeudamiento. En ese contexto es en el que
aparece Correa y, con él, un cambio significativo en el rumbo del
país. Tras hacer balance de cuentas decide arriesgar y comenzar a
plantarle cara a los enemigos del crecimiento: paga la parte de la
deuda que considera “justa” a dichos organismos, legisla contra
los grandes parásitos nacionales y pone en marcha un conjunto de
reformas de corte social muy avanzadas.
Por un lado, Ecuador se convierte en
pionero en materia de políticas migratorias, defendiendo el derecho
a migrar de toda persona y trabajando en la línea de la ciudadanía
universal, siendo el único país hasta la fecha que lo promulga. En
este sentido, han sido diversas las ocasiones en que los miembros de
su gobierno han defendido dicha decisión en reuniones
internacionales y promoviendo pactos con países vecinos como el Perú
(país con el que hasta hace bien poco se encontraban enfrentados
llegando al absurdo de una guerra a finales de los 90).
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Numerosxs niñxs se benefician de las políticas de dependencia |
Por otro, y en relación a las personas
dependientes, el ejecutivo socialista también desarrolla diferentes
medidas con el objetivo de reivindicar los derechos de las mismas.
Resulta sintomático que el vicepresidente sea una persona con
discapacidad física, hecho que ha permitido hacer visible a un
segmento de la población que sufre más que otras las desigualdades
sociales características del Sur. De este modo, comienza a invertir
dinero en la creación de escuelas, centros y organismos que ayuden a
mejorar la situación de estas personas, así como impulsar campañas
de concientización entre el conjunto de la población cuidándose
muy y mucho del lenguaje utilizado.
En lo que se refiere a políticas de
vivienda también Ecuador es hoy un ejemplo. Si bien en algunos casos
puede ser criticable la concesión de viviendas protegidas a
comunidades indígenas, hecho que ha posibilitado la compra de los
terrenos donde estos vivían (y que, por supuesto, albergan fuentes
de ingreso apetitosas para la maquina del “progreso”), en general
las actuaciones han sido justificadas y, sobre todo, necesarias pues
de ellas se han beneficiado numerosas familias en riesgo de
exclusión.
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Entrevista concedida por Correa a Assange |
En cuanto a su postura antiimperialista
tampoco se ha quedado corto. Una de las primeras medidas tomadas por
su gobierno fue el desmantelamiento de la base militar norteamericana
de Manta (en la costa del Pacífico), declarar persona non grata
a la embajadora de Estados Unidos y poner en marcha diversas acciones
en contra de los intereses del Tío Sam, hablando bien a las claras
de las intromisiones históricas de
los yankees
en
la historia reciente de Sudamérica. El último capítulo, en
relación a la demanda de asilo de Julien Assange (fundador de
Wikileaks) resulta clarificador del grado de implicación de Correa
en sus posiciones políticas. Ha sido uno de los pocos líderes
mundiales que ha respaldado desde el primer momento al perseguido
periodista, concediendole una entrevista en exclusiva y mostrando su
simpatía por las confidencias contra el gobierno norteamericano
realizadas por el sueco. No es de extrañar, por tanto, que el
creador de los cables que ha puesto en jaque a medio mundo hay
elegido a Ecuador como enlace para tratar de conseguir un asilo
político que, a pesar de todo, todavía no llega. Sin embargo,
Assange permanece en la embajada ecuatoriana de Londres desde
el pasado mes de Junio y todo hace prever que el asilo finalmente
será concedido.
Por todo ello, parece claro que estamos
ante un gobierno diferente,
pues además de impulsar acciones clásicamente populistas, ha sido
capaz de articular medidas en terrenos en los que nadie antes había
osado inmiscuirse. No resulta extraño, por tanto, que le crezcan los
enanos. En especial, es destacable la situación con respecto a los
medios de comunicación; medios que en general no han parado de
criticar su labor. Y es que resulta que la mayoría de estos entes
están en manos de los grandes damnificados “internos” de su
denominada revolución ciudadana, y está claro que no van a dar el
brazo a torcer. De todos modos, no hay como palpar las sensaciones a
pie de calle, y es que Correa está en boca de todos los ecuatorianos
para bien o para mal. Y casi siempre es para bien, sobre todo, entre
las clases populares que han visto con su llegada, por fin, el verse
cumplidas numerosas promesas y reivindicaciones históricas. Las
próximas elecciones generales, a celebrarse en febrero de 2013,
serán un termómetro importantísimo para saber si Ecuador puede
realmente ser un espejo en el que otros países de su entorno puedan
fijarse o si por el contrario, la noche neoliberal vuelve a cerrarse
bajo los rostros de los ecuatorianos.
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