El caso del proyecto Conga llegó a mis oídos como suele ocurrir cuando uno está en la carretera... de casualidad; estar en el lugar indicado en el momento preciso. Otro viajero, un alicantino rebelde que va surcando Sudámerica con las ganas y la voluntad de poner su granito en las resistencias locales, fue quién me contó lo que estaba sucediendo en la comarca de Cajamarca mientras nos deslizábamos por una calzada vertiginosa hacia la ciudad de Celendín.
El conflicto se inicia en los 90´ cuando la minera CEDIMIN descubrió los yacimientos de oro de Chailhuagón y Perol. La zona del norte cajamarquino es uno de los parajes más alucinantes que uno puede ver en este continente. Las montañas andinas albergan decenas de lagunas de una hermosura sobrenatural. Por desgracia, la codicia y la avaricia de las grandes mineras junto a las necesidades derivadas de un modo de vida occidental basado en el desarrollismo no contemplan este tipo de virtudes en su agenda de prioridades. La laguna de Yanacocha era una de las más grandes y ahora apenas si contiene agua. Pero el conflicto no sólamente tiene un aspecto ecológico, también es remarcable los impactos sociales y culturales de su puesta en marcha.
La región de Cajamarca (como gran parte del territorio peruano) es un enclave tradicionalmente agrícola y ganadero, con una especial dedicación en la elaboración de quesos, panes y embutidos. Los vertidos de las compañias explotadoras hacia las lagunas y ríos de la zona son uno de los principales focos de discusión de este conflicto que ha dejado ya más de una veintena de muertos. Los recursos hídricos se ven afectados y es la población quién lo paga con su racionamiento y con unos índices de contaminación que hacen peligrar el modo de subsistencia tradicional para una parte mayoritaria de su población. Llegar a Cajamarca y encontrar un sinfín de establecimientos y casas particulares reclamando la paralización del proyecto y de las actividades mineras no hace sino atestiguar el creciente descontento de una sociedad que, sin embargo, no se ha quedado de brazos cruzados.
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Policía reprime manifestantes en Cajamarca |
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Los paros, las huelgas de hambre, los enfrentamientos con el gobierno y con sus fuerzas represoras no han hecho sino aumentar en los últimos 4 años sin que los intentos de mediación (tibios por otra parte) hayan conseguido calmar a un campesinado que ve como nuevamente se les quiere hacer pasar por el aro del "esto es inevitable y además bueno para todxs". Las imagenes y vídeos que pude observar en el proceso de documentación son escalofriantes. Sin duda, un ejemplo gráfico de cuál es la verdadera realidad en cuanto a las acciones que el gobierno peruano realiza para contrarrestar la resistencia de los pueblos que se niegan a morir: la brutal represión aplastando cualquier tipo de oposición. La policia antidisturbios, verdaderos mercenarios enmascarados, tienen el honor de contar con una veintena de muertos entre sus logros (incluído algún que otro menor de edad), además de otras actuaciones tan honrosas como la incautación de los enseres básicos de lxs campesinxs rebeldes o el derramar sus ollas llenas de frijoles y choclo... no sé si es necesario recordar los poquísimos recursos con los que cuentan y el impacto, por ende, de este tipo de actuaciones. También se ganaron el apoyo popular al impedir los funerales de lxs asesinadxs por ellxs mismxs llegando a lanzar los ataudes al suelo... qué decir de esta macabra barbarie.
Con todo, el proyecto Conga fue paralizado (al menos temporalmente) pero son ya innumerables los gritos que desde la burguesía limeña han puesto en entredicho el mantenimiento de dicha paralización aduciendo razones económicas y de desarrollo. Ni que decir que Perú es uno de los países de la descuartizada Sudamérica en donde mejor se refleja la polarización entre la metrópolis colonial y el resto del territorio nacional. De esta manera, Lima cuenta con la práctica totalidad de las sedes de las grandes empresas y es en sus despachos asépticos en dónde se toman las decisiones que afectan a millones de pobladores indígenas que ven derrumbarse sus pueblos, sus formas de supervivencia y sus modos de vida. El hambre de beneficios monetarios no tiene fin y por ello es fácil preveer que el proyecto volverá a reanudarse.
El colonialismo sigue vivo, interno y externo, de un país a otro y de una casta a la otra. Falta sólo preguntarse, ¿cuántas muertes podrá ocultar el gobierno peruano y sus secuaces mineras como la Newmont norteamericana? ¿Cuántas lagunas, ríos y montañas quedarán por ser envenenadas, saquedas, destruidas antes de que entendamos que es nuestro consumo el motor que hace mover la máquina? ¿Cuánto tiempo falta para que los pueblos indígenas agoten su paciencia y se alcen a sangre y fuego contra nuestro modo de vida y sus saqueos constantes?
Más info:
- http://www.losandes.com.pe/Politica/20111217/59111.html
- http://celendinlibre.wordpress.com/2011/12/20/pronunciamiento-de-organizaciones-sociales-y-las-autoridades-de-la-region-cajamarca-frente-al-dialogo-frustrado/
- Documental "Choropampa: El precio del oro". http://www.youtube.com/watch?v=fG-XBAxLo94
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