martes, 25 de diciembre de 2012

ESPÁRRAGOS PERUANOS EN EL DESIERTO. O cómo Mercadona, entre otros, contribuye al hambre en el mundo.

Perú es un país pobre. O mejor dicho empobrecido. Así sería mucho más justo dividir los diferentes paises que cohabitan este planeta llamado Tierra: países empobrecidos y enriquecidos; y en vías de irse empobreciendo, porque, creedme, aquí no se va a enriquecer nadie más. El capitalismo global es una máquina precisa que si bien cada día da muestras de un colapso inminente, no deja de tener unas enraizaciones que costarán años en talarse. Y sin duda, uno de los principales pilares sobre los que se asienta esta desigualdad estructural planificada es la cuestión agraria y su correspondiente área alimentaria. Las prácticas generalizadas por el negocio agropecuario (agrobussines) responden a un esquema sencillo: empresas y Estado se ponen de acuerdo para arrebatar tierras o comprarlas por migajas o embaucar al campesinado a que "se una" al proyecto de la modernización agraria; implantación de monocultivos (café, cacao, palma, banano, té, caucho) en aquellas zonas en las que la mineria o la industria papelera no tienen una presencia importante; y exportación de dichos cultivos con una mayor o menor implicación en el sector industrial del país de origen hacia el Norte global.

Este esquema, repetido hasta la saciedad en cualquier país que uno visite en Asia o el centro o sur del continente americano, es el mismo que sirve para explicar cómo puede ser posible que yo, mientras viajo por el desierto de la costa peruana pueda ver miles de hectáreas de un producto como el espárrago que no he visto en ni un solo restaurante o casa de comidas de todo el país, ni siquiera en un mercado de abastos. La respuesta es sencilla: Perú es el primer exportador de espárragos del mundo a pesar de que si le preguntas a una nativa seguramente no tenga idea de lo qué es. Así, tenemos un país empobrecido cuyo gobierno y empresas amigas (peruanas y extranjeras) pretenden lucrarse con el negocio de un producto que sus propios habitantes ni disfrutan ni conocen. Las consecuencias, sin embargo, no se quedan en las ansias de ganar más de unxs pocxs.

El área de la comarca de Ica es la más extensa en cuánto a plantaciones de este producto. Todo sería más o menos normal en términos neoliberales si no fuera porque el absurdo se completa con un dato crucial: Ica esta es medio de un desierto enorme con unos recurso hídricos limitadísimos. Tanto es así que en los últimos 25 años el nivel de las aguas freáticas ha disminuido como ningún otro punto del planeta. A las consecuencias del cambio climático (que son realidades tangibles aunque se empeñen en decirnos lo contrario) se une la explotación de este producto con las necesidades hídricas que esta conlleva dejando como resultado una herencia de sequía y desertificación que ya se hace bien presente. Todas esas hectáreas, pudiendo ser destinadas para cultivo de otros productos demandados por la población peruana, acaban siendo los "yacimientos" de empresas como Mercadona, un autentico ejemplo de cómo una empresa apuesta por la explotación del Sur y por el abandono del campesinado local (en este caso del Estado español) mientras mantiene una de las mejores reputaciones (en cuanto a marca) entre una sociedad que parece no querer ver las evidencias causísticas de las crisis que nos azotan. No sólo es una cuestión de estafas bancarias y robos preprogramados. La crisis (y su mantenimiento en el tiempo) se sienta cada día a la mesa y en decenas de actos que conforman nuestras decisiones respecto al qué, el dónde y el cuánto consumimos.

Usa las redes de Comercio Justo o simplemente, busca la opción local
Mientras tanto, el cultivo del espárrago navarro cayó un 75% entre 1990 y el año 2000 dejando en una situación muy comprometida a decenas de pequeños agricultores en las zonas rurales de Aragón, Navarra y La Rioja. La introducción del espárrago peruano (y del procedente de China) dentro del marco de las políticas agrarias de la Unión Europea suponen la condena para esta familias que ven truncadas sus posibilidades de mantener un empleo que durante generaciones ha conformado su sustento y un estilo de vida coherente con su medio. De esta forma podemos comprender, a partir de este caso aislado, las repercusiones sociales, ambientales y económicas que tiene la ideología que domina el mundo y que aplasta, en uno y otro polo global, a las clases más vulnerables. Pero no es inevitable. Saberlo es el primer paso. Actuar, el siguiente. Mira la etiqueta de lo que compras, no juegues a este juego. Consume productos locales y utiliza las redes de Comercio Justo para aquellos caprichos que no puedes conseguir cerca. Pero no lo olvides, son puros caprichos. 

Más info:
- http://www.larepublica.pe/columnistas/actualidad-economica-fernando-eguren/el-cultivo-del-esparrago-es-sostenible-02-12-2010
- http://elpais.com/diario/2001/04/30/paisvasco/988659613_850215.html
- http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2010/09/100916_peru_desierto_esparragos_rg.shtml

domingo, 16 de diciembre de 2012

CONGA NO VA. O cómo un pueblo se rebela contra el negocio minero en el norte de Perú.

El caso del proyecto Conga llegó a mis oídos como suele ocurrir cuando uno está en la carretera... de casualidad; estar en el lugar indicado en el momento preciso. Otro viajero, un alicantino rebelde que va surcando Sudámerica con las ganas y la voluntad de poner su granito en las resistencias locales, fue quién me contó lo que estaba sucediendo en la comarca de Cajamarca mientras nos deslizábamos por una calzada vertiginosa hacia la ciudad de Celendín.

El conflicto se inicia en los 90´ cuando la minera CEDIMIN descubrió los yacimientos de oro de Chailhuagón y Perol. La zona del norte cajamarquino es uno de los parajes más alucinantes que uno puede ver en este continente. Las montañas andinas albergan decenas de lagunas de una hermosura sobrenatural. Por desgracia, la codicia y la avaricia de las grandes mineras junto a las necesidades derivadas de un modo de vida occidental basado en el desarrollismo no contemplan este tipo de virtudes en su agenda de prioridades. La laguna de Yanacocha era una de las más grandes y ahora apenas si contiene agua. Pero el conflicto no sólamente tiene un aspecto ecológico, también es remarcable los impactos sociales y culturales de su puesta en marcha.

La región de Cajamarca (como gran parte del territorio peruano) es un enclave tradicionalmente agrícola y ganadero, con una especial dedicación en la elaboración de quesos, panes y embutidos. Los vertidos de las compañias explotadoras hacia las lagunas y ríos de la zona son uno de los principales focos de discusión de este conflicto que ha dejado ya más de una veintena de muertos. Los recursos hídricos se ven afectados y es la población quién lo paga con su racionamiento y con unos índices de contaminación que hacen peligrar el modo de subsistencia tradicional para una parte mayoritaria de su población. Llegar a Cajamarca y encontrar un sinfín de establecimientos y casas particulares reclamando la paralización del proyecto y de las actividades mineras no hace sino atestiguar el creciente descontento de una sociedad que, sin embargo, no se ha quedado de brazos cruzados.

Policía reprime manifestantes en Cajamarca
 Los paros, las huelgas de hambre, los enfrentamientos con el gobierno y con sus fuerzas represoras no han hecho sino aumentar en los últimos 4 años sin que los intentos de mediación (tibios por otra parte) hayan conseguido calmar a un campesinado que ve como nuevamente se les quiere hacer pasar por el aro del "esto es inevitable y además bueno para todxs". Las imagenes y vídeos que pude observar en el proceso de documentación son escalofriantes. Sin duda, un ejemplo gráfico de cuál es la verdadera realidad en cuanto a las acciones que el gobierno peruano realiza para contrarrestar la resistencia de los pueblos que se niegan a morir: la brutal represión aplastando cualquier tipo de oposición. La policia antidisturbios, verdaderos mercenarios enmascarados, tienen el honor de contar con una veintena de muertos entre sus logros (incluído algún que otro menor de edad), además de otras actuaciones tan honrosas como la incautación de los enseres básicos de lxs campesinxs rebeldes o el derramar sus ollas llenas de frijoles y choclo... no sé si es necesario recordar los poquísimos recursos con los que cuentan y el impacto, por ende, de este tipo de actuaciones. También se ganaron el apoyo popular al impedir los funerales de lxs asesinadxs por ellxs mismxs llegando a lanzar los ataudes al suelo... qué decir de esta macabra barbarie.

Con todo, el proyecto Conga fue paralizado (al menos temporalmente) pero son ya innumerables los gritos que desde la burguesía limeña han puesto en entredicho el mantenimiento de dicha paralización aduciendo razones económicas y de desarrollo. Ni que decir que Perú es uno de los países de la descuartizada Sudamérica en donde mejor se refleja la polarización entre la metrópolis colonial y el resto del territorio nacional. De esta manera, Lima cuenta con la práctica totalidad de las sedes de las grandes empresas y es en sus despachos asépticos en dónde se toman las decisiones que afectan a millones de pobladores indígenas que ven derrumbarse sus pueblos, sus formas de supervivencia y sus modos de vida. El hambre de beneficios monetarios no tiene fin y por ello es fácil preveer que el proyecto volverá a reanudarse.

El colonialismo sigue vivo, interno y externo, de un país a otro y de una casta a la otra. Falta sólo preguntarse, ¿cuántas muertes podrá ocultar el gobierno peruano y sus secuaces mineras como la Newmont norteamericana? ¿Cuántas lagunas, ríos y montañas quedarán por ser envenenadas, saquedas, destruidas antes de que entendamos que es nuestro consumo el motor que hace mover la máquina? ¿Cuánto tiempo falta para que los pueblos indígenas agoten su paciencia y se alcen a sangre y fuego contra nuestro modo de vida y sus saqueos constantes?

Más info:
- http://www.losandes.com.pe/Politica/20111217/59111.html
- http://celendinlibre.wordpress.com/2011/12/20/pronunciamiento-de-organizaciones-sociales-y-las-autoridades-de-la-region-cajamarca-frente-al-dialogo-frustrado/
- Documental "Choropampa: El precio del oro". http://www.youtube.com/watch?v=fG-XBAxLo94

lunes, 3 de diciembre de 2012

ONG´s, TURISMO Y VOLUNTARIADO. O cómo derribar la barrera del nuevo imperialismo.


Me lanzo hoy a tratar una cuestión espinosa y de la que, con franqueza, me siento bastante lejos de tener una posición clara. Sin embrago, este hecho, lejos de dejarme al margen, me invita a compartir una serie de dudas y preguntas que se me vienen a la cabeza en torno a la misma. El asunto es el siguiente. Hace unas semanas conocí a Kike, un nativo de la selva ecuatoriana sin pelos en la lengua, de esas personas que te hablan sin tratar de medir las consecuencias de sus palabras en tu reacción como posible comprador de algo. Él también vive del turismo, ya sea por su condición de guía nativo o por su puesto de venta de artesanías locales que él mismo produce. Pero este hecho no le impide mantener su opinión y su voluntad de expresarla para aquel que quiera (y se atreva a) escucharla. Así, una conversación que podría haber sido una más, acabada en corto tiempo y referida a las cuatro cuestiones clásicas de la relación vendedor local / comprador extranjero, se transformó en una enriquecedora conversación acerca del papel del turismo sobre la vida del lugar visitado (en este caso Puerto Missahualli) y más concretamente sobre el papel de los proyectos de ecoturismo y el voluntariado en masa que acude a toda Latinoamérica a centros desperdigados por cada país con el objetivo de preservar la fauna y flora de cada lugar u otros fines socioambientales.

El tema me pareció interesante y lo cierto es que no me había planteado esa otra cara de estas iniciativas, precisamente por esa buena imagen que suelen tener porque ¿quién no se ha planteado alguna vez hacerse voluntario por una temporada? Entonces Kike me hizo pensar en algunos aspectos claves. Por ejemplo, en la legitimidad de estos proyectos, venidos normalmente de fuera, montados por extranjerxs, con capital foráneo y que suelen acabar acumulando beneficios económicos (más allá de los “logros” ecológicos que puedan conquistar) para el propietario. Es decir, ¿no son cuestiones que deberían ser tratadas y manejadas por la población local? ¿no deberían ser sus criterios, formas de actuar y pautas las que se impusieran? Parecería que existe una distinción general entre ciudadanxs (con conciencia, respetuosxs, solidarixs, formadxs...) y habitantes (incultxs, inconscientes, que no valoran lo que tienen...), y que en virtud de esta distinción, lxs primerxs tienen la potestad para venir a enseñar a lxs segundxs como gestionar sus recursos y los problemas que se derivan de ello. 

A lo largo de nuestra charla salieron a relucir algunas consideraciones sobre esto. Como es el caso de los dos grandes complejos que suelen tener lxs indígenas de estas tierras respecto a lxs occidentales: el complejo de inferioridad y el de subordinación. Ante la presencia del viajero, con su tecnología y sus increíbles historias de lugares y gentes visitadas, el nativo asiente maravillado sin tener más que decir. Su vida tranquila, vinculada por lo general a la agricultura, la ganadería o el comercio local (o el turismo) se interioriza como inferior, se menosprecia y acaba pasando factura. El otro, el de subordinación, no es más que la consecuencia directa de la primera. El nativo es, como mucho, un buen sirviente para los objetivos del que viene de fuera, por más bondadosos que estos sean en apariencia (como es el caso de los proyectos de voluntariado). También aquí entra en juego el tema del regateo, de en qué y en dónde se gasta el turista “mochilero” su dinero o la voluntaria temporal. Porque ocurre que llega unx de nosotrxs con todo nuestro discurso y nuestros ideales progres para ayudar a la gente local y acaba pagando una miseria por el trabajo local o consumiendo en lugares de negocios de afuera o grandes cadenas. ¿Dónde esta la coherencia?

Por mi parte estoy tranquilo en lo que respecta al consumo durante todo el viaje pues es algo que he puesto en práctica de forma absoluta pero con el regateo ya es otra vaina. ¿Dónde esta el límite? ¿El hecho de viajar por un período largo y de forma austera justifica tratar de conseguir el precio más bajo posible? ¿Siempre? ¿Tiene sentido hacer un viaje de 1 año? Como veís, muchas dudas necesarias. En el caso del voluntariado conviene conocer a fondo cada una de estas iniciativas. En mi opinión, seguramente existen algunas interesantes en las que la comunidad nativa es la protagonista y la que ha promovido una determinada reivindicación y, por tanto, no se convierte en un juguete más para que el primer mundo reivindique lo que no ha sido capaz de hacer en su propia casa. Y es aquí donde mi nuevo amigo sacó a la luz el nombre de Jorge Orduna haciendo que la paradoja pueda parecer un burdo juego de magia.
Orduna es un escritor y ensayista mendocino (Argentina) muy crítico con el papel de las ONG´s y la nueva marca Eco, que sin duda parece haber ocupado la primera plana de gran parte de los lugares turísticos en esta región del mundo. Y es que resulta curioso que mientras toda Europa ha arrasado con sus bosques nativos, su industria nacional contamina lagos y ríos y hay niñxs en extrema pobreza y sin hogar que viven en las calles (sí, en nuestra Europa del progreso), hordas de jóvenes del primer mundo vengan a estas zonas a lavar sus conciencias. Suena duro. Es una interpretación más de la realidad, pero con buenos argumentos y considero que ha de tenerse en cuenta, precisamente porque no es muy conocida y, eso, normalmente es sinónimo de cierto transfondo real. Por mi parte, me imagino que la gran mayoría de voluntarixs que acuden a pasar unas semanas o meses en estos proyectos tienen ganas reales de ayudar, pero conviene que se pararan a pensar. ¿Ayudar a quién y ayudar a qué? ¿Creen que están en posesión de la verdad, de la solución para los problemas de gentes y realidades que les son totalmente ajenas? ¿No hay un carácter claramente imperialista en ese discurso de venir a ayudar? O acaso, ¿no existen los mismos o mayores problemas en Occidente que requieren esa energía y esa labor con gentes, culturas y realidades que sí son conocidas?

Por supuesto que conocer otras realidades es algo lícito (y en mi opinión necesario), pero quizás convendría adquirir un tono más humilde, más de observar y respetar los tiempos, los modos y formas de las culturas nativas, ofrecer la opinión propia claro, pero sobre todo escuchar la del otro sin creerse por encima. Porque daría la impresión de que el mundo sea un gran tablero en el cual siempre esta claro quienes son las negras y quienes las blancas... y las negras tienen que comerse solitas a las blancas, primero porque pueden y segundo porque deben hacerlo así. Quizás deberíamos bajar del pedestal autoimpuesto y liberarnos de esa necesidad de ayudar al que más lo necesita. Quizá sea unx mismx el que más esta pidiendo esa ayuda. Seamos críticxs. Miremos más allá de los eslóganes. Si realmente valoramos el papel de las comunidades indígenas y las culturas nativas aprendamos de ellas y dejemoslas caminar y apoyémoslas cuando lo necesiten. Pero no jodamos más con nuestra estampita de redentores universales de los males que nosotrxs mismxs engendramos y que no hemos sido capces de erradicar en nuestras casas. Luchemos ahí. Luchemos en casa.

Gracias Kike.

Más info: 

http://www.fundamin.com.ar/es/medio-ambiente/6-educacion-ambiental/226-ecofascismo-de-jorge-orduna-una-mirada-sobre-el-discurso-ecologista-en-los-medios-parte-i.html

http://www.setem.cat/CD-ROM/idioma/setem_cat/mo/si06.pdf


sábado, 1 de diciembre de 2012

EL GOBIERNO DE CORREA. Una apuesta valiente, a pesar de todo.

 En el anterior artículo me refería a las sombras de un ejecutivo que no ha sabido (ni querido seguramente) hacer suya la bandera del respeto a la naturaleza y el respeto a las comunidades indígenas que siguen defendiendo el derecho a vivir lejos del desarrollismo capitalista. Sin embargo, sería injusto no hablar de las luces; de las numerosas iniciativas que el gobierno de Rafael Correa ha implantado desde su investidura en 2007.

Ecuador vivió su particular pesadilla moderna a partir de los años 70-80, cuando la crisis que acabó desatándose a finales de los 90 comenzó a gestarse. Una combinación de terratenientes y banqueros nacionales, junto con los hombres de negro de las instituciones garantes del terrorismo financiero (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Comercio Americano), acabaron con el crecimiento de Ecuador a base de corruptelas y recetas de endeudamiento. En ese contexto es en el que aparece Correa y, con él, un cambio significativo en el rumbo del país. Tras hacer balance de cuentas decide arriesgar y comenzar a plantarle cara a los enemigos del crecimiento: paga la parte de la deuda que considera “justa” a dichos organismos, legisla contra los grandes parásitos nacionales y pone en marcha un conjunto de reformas de corte social muy avanzadas.

Por un lado, Ecuador se convierte en pionero en materia de políticas migratorias, defendiendo el derecho a migrar de toda persona y trabajando en la línea de la ciudadanía universal, siendo el único país hasta la fecha que lo promulga. En este sentido, han sido diversas las ocasiones en que los miembros de su gobierno han defendido dicha decisión en reuniones internacionales y promoviendo pactos con países vecinos como el Perú (país con el que hasta hace bien poco se encontraban enfrentados llegando al absurdo de una guerra a finales de los 90).


Numerosxs niñxs se benefician de las políticas de dependencia
Por otro, y en relación a las personas dependientes, el ejecutivo socialista también desarrolla diferentes medidas con el objetivo de reivindicar los derechos de las mismas. Resulta sintomático que el vicepresidente sea una persona con discapacidad física, hecho que ha permitido hacer visible a un segmento de la población que sufre más que otras las desigualdades sociales características del Sur. De este modo, comienza a invertir dinero en la creación de escuelas, centros y organismos que ayuden a mejorar la situación de estas personas, así como impulsar campañas de concientización entre el conjunto de la población cuidándose muy y mucho del lenguaje utilizado.

En lo que se refiere a políticas de vivienda también Ecuador es hoy un ejemplo. Si bien en algunos casos puede ser criticable la concesión de viviendas protegidas a comunidades indígenas, hecho que ha posibilitado la compra de los terrenos donde estos vivían (y que, por supuesto, albergan fuentes de ingreso apetitosas para la maquina del “progreso”), en general las actuaciones han sido justificadas y, sobre todo, necesarias pues de ellas se han beneficiado numerosas familias en riesgo de exclusión.

Entrevista concedida por Correa a Assange
En cuanto a su postura antiimperialista tampoco se ha quedado corto. Una de las primeras medidas tomadas por su gobierno fue el desmantelamiento de la base militar norteamericana de Manta (en la costa del Pacífico), declarar persona non grata a la embajadora de Estados Unidos y poner en marcha diversas acciones en contra de los intereses del Tío Sam, hablando bien a las claras de las intromisiones históricas de 
los yankees en la historia reciente de Sudamérica. El último capítulo, en relación a la demanda de asilo de Julien Assange (fundador de Wikileaks) resulta clarificador del grado de implicación de Correa en sus posiciones políticas. Ha sido uno de los pocos líderes mundiales que ha respaldado desde el primer momento al perseguido periodista, concediendole una entrevista en exclusiva y mostrando su simpatía por las confidencias contra el gobierno norteamericano realizadas por el sueco. No es de extrañar, por tanto, que el creador de los cables que ha puesto en jaque a medio mundo hay elegido a Ecuador como enlace para tratar de conseguir un asilo político que, a pesar de todo, todavía no llega. Sin embargo, Assange permanece en la embajada ecuatoriana de Londres desde el pasado mes de Junio y todo hace prever que el asilo finalmente será concedido.

Por todo ello, parece claro que estamos ante un gobierno diferente, pues además de impulsar acciones clásicamente populistas, ha sido capaz de articular medidas en terrenos en los que nadie antes había osado inmiscuirse. No resulta extraño, por tanto, que le crezcan los enanos. En especial, es destacable la situación con respecto a los medios de comunicación; medios que en general no han parado de criticar su labor. Y es que resulta que la mayoría de estos entes están en manos de los grandes damnificados “internos” de su denominada revolución ciudadana, y está claro que no van a dar el brazo a torcer. De todos modos, no hay como palpar las sensaciones a pie de calle, y es que Correa está en boca de todos los ecuatorianos para bien o para mal. Y casi siempre es para bien, sobre todo, entre las clases populares que han visto con su llegada, por fin, el verse cumplidas numerosas promesas y reivindicaciones históricas. Las próximas elecciones generales, a celebrarse en febrero de 2013, serán un termómetro importantísimo para saber si Ecuador puede realmente ser un espejo en el que otros países de su entorno puedan fijarse o si por el contrario, la noche neoliberal vuelve a cerrarse bajo los rostros de los ecuatorianos.

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martes, 20 de noviembre de 2012

DEFORESTACIÓN, MINERÍA Y PETRÓLEO EN ECUADOR. Un negocio enmascarado en las sombras.

 Una de las primeras sorpresas que sentí al cruzar la frontera entre Colombia y Ecuador fue ver el grado de explotación de los bosques. Más allá de las innumerables zonas de montaña en las que pareciera que el eucalipto y el pino son los árboles nativos, sorprende aún más el estado de la costa y la absoluta barbaridad que se ha producido y produce contra el bosque protector tropical y los manglares. Inquietado por averiguar cuáles eran las causas de ese grado de deforestación, tardé unos cuantos días en juntar las piezas del rompecabezas, investigar un poco y entender qué es lo que se escondía detrás de algunas de las luces que a veces ciegan el camino del entendimiento.

Al principio, encontré como un gran acierto por parte del gobierno de Correa el estado de las carreteras y además, ingenuo de mí, no pensé en la relación comercial que tenía y las gravísimas repercusiones sobre el medio. Pensé más bien en lxs afortunadxs habitantes del Ecuador que podían disfrutar de unas vías de comunicación que, sin duda, son unas de las mejores de Sudamérica. Pero no vislumbré, al otro lado de la escena, a la gran industria maderera, minera y petrolera frotándose las manos al obtener vía libre para avanzar en un negocio que siempre irá en contra del interés general. Si bien sería absurdo hacer responsable de todo ello al gobierno actual de Ecuador, si que es obvio que el principal promotor de toda esa maquinaria de “progreso” en forma de vías asfaltadas es el lucrativo beneficio que obtiene de ellas las empresas extranjeras y nacionales y que encima es vendida a la sociedad como un triunfo social, sin explicar las nefastas consecuencias que se derivan de una política económica claramente expoliadora y capitalista. De socialista, por tanto, las medidas económicas en materia de producción de Correa tienen poco; y no son más que una continuación de las medidas neoliberales que arrasan por todo el mundo y más aún, de la concepción etnocentrista que desde hace milenios guía las decisiones de los poderosos y que entiende la naturaleza como un medio al cual explotar hasta agotarlo.

Deforestación en la selva ecuatorina
 Pero resulta aterrador que en un país con una diversidad tan increíble se de esta paradoja de explotación de los bosques en sus tres ecosistemas nacionales: costa, montaña y selva. Sin embargo, el origen de este desastre es mucho más antiguo. Como no, de nuevo, la sombra de la larga noche de los 500 años también planea sobre el estado actual de los bosques ecuatorianos. Pero más grave que las tropelías cometidas por los colonos europeos han resultado las medidas de los diferentes gobiernos tras la independencia, siendo los últimos 50 años el escenario más devastador para el tercer país en cuanto a biodiversidad del planeta. Las consecuencias no se han hecho esperar y, en dicha etapa, el ritmo de la tala ha producido graves trastornos no solo medioambientales (erosión de suelos, desertización, pérdida de flora y fauna autóctona, corrimientos de tierra) sino también sociales, ya que con la excusa de cultivar nuevos terrenos (especialmente dedicados a los monocultivos de productos a exportar a los países del Norte como cacao o banano) miles de campesinos y comunidades indígenas comenzaron a talar los bosques atraídos por un dinero que nunca acaba de llegar pues han de enfrentarse con los problemas característicos del mercado capitalista (competitividad, aislamiento, inversiones extranjeras cambiantes) y de los propios cultivos. Y el precio a pagar es carísimo pues están jugando con la estabilidad de los ecosistemas, un bien milenario que precisamente ha sido defendido por los pobladores indígenas de estas tierras.

 Es bien curioso como los países occidentales animan, por un lado, a países como Ecuador a repoblar con especies exóticas de rápido crecimiento mientras ellos (especialmente países como Francia o Estados Unidos) apuestan por especies de crecimiento más lento pero con mejores rendimientos a largo plazo como el cedro o el nogal. Y es que en este campo, también, el Sur no es más que un centro de producción para el Norte y para las oligarquías nacionales y, por tanto, las repercusiones sociales, medioambientales y culturales son, como mucho, molestos inconvenientes que han de ser escondidos, silenciados y falseados. Sólo así se entiende que las mismas culturas que defendían los bosques autóctonos y su función reguladora vayan cayendo, poco a poco, en la lógica capitalista de explotación. Pero, datos fríos aparte, no hay más que dar un paseo por un bosque tropical o una zona boscosa autóctona de estas latitudes y sentir la inmensidad de la vida que albergan. No es casualidad que se hable de la VIDA de los bosques, pues realmente pareciera que estan en movimiento con sus sonidos, olores y colores, otorgando un espacio para infinidad de roedores, insectos, aves, otras plantas, ríos, etc. Y después hacer la odiosa comparación en una zona repoblada. Se te cae el alma a los pies. 

Indígena del Quimsacocha
En el caso de la minería o las extarcciones petrolíferas la jugada es similar. Si bien el actual gobierno esta poniendo en marcha diversas medidas fiscales para evitar el fraude de las compañías, el motor es el mismo. Correa es un presidente que no contempla las repercusiones ecológicas en sus propuestas, como la inmensa mayoría de líderes mundiales. En Quimsacocha (cerca de Cuenca) los pueblos indígenas se negaron a permitir la extracción en sus tierras por miedo a que sus aguas quedaran contaminadas. La frase de Correa es definitoria: “son mendigos encima de una montaña de oro”.
Que más decir.

El pueblo de Ecuador merece una vida más justa, un reparto más equitativo de las inmensas riquezas que alberga el país en el que habitan y merecen también muchas de las políticas sociales que el gobierno de Correa ha puesto en marcha y que son, sin duda, infinitamente mejores que las políticas conservadoras a las que están acostumbrados por acá. Pero que no mientan. Las obras de mejoras de las vías por todo el país no las está construyendo la “revolución ciudadana” como rezan los miles de letreros por todo el país, sino las empresas explotadoras de los recursos naturales de un país que debería preservar mucho más esa herencia ancestral.

Más info:


martes, 6 de noviembre de 2012

CAFÉ Y CAÑA DE AZÚCAR EN COLOMBIA. O de qué se ríen Juan Valdez y Ardila Lülle.


Recorrer las hermosas zonas interiores de Colombia te regala el espectáculo incuestionable de una geografía verde, fértil y abundante. Sin embargo, la pobreza y la desnutrición (especialmente en forma de deficiencias nutricionales en amplios segmentos de la población) siguen siendo una constante que parece no tener final. Entonces uno comienza a observar las grandes -y no tan grandes- plantaciones de café y caña de azúcar (y de banana en el norte) con cierto aire de desconfianza. Como casi todo, una vez se “rasca” la superficie, comienzan a brotar las incoherencias y absurdos de este modelo social y económico global.

El caso del café es ejemplar. Colombia es el sexto productor de este grano a nivel mundial (hasta hace 5 años era el segundo) con 3,5 millones de sacos, de los cuales, obviamente se venden directamente a Occidente sin tostar. Esto se traduce en la ausencia de una industria nacional cafetera pujante, precios irrisorios para lxs pequeñxs productorxs (ni que decir para lxs trabajadorxs) y unos ostentosos beneficios para las grandes compañías multinacionales que manejan margenes abusivos en sus operaciones. El resultado es que el mejor café del mundo se vende a precio de ganga en los mercados occidentales y al final, quien pierde somos todos porque el precio de un café en Madrid o París no para de aumentar mientras las gentes que lo cultivan reciben salarios de miseria. Pero la pérdida para el colombiano no queda ahí. Orgullosos de su producto estrella, los colombianos importan a Perú el 70% del café que consumen, mientras que de la producción local solo se queda los granos defectuosos. Ya sabemos de que se reía Juan Valdez, se reía, por no llorar de las consecuencias de la implantación del café, de la codicia suscitada alrededor de este y de la pobreza que regala a miles de pequeños agricultores atraídos con los cantos de sirena de un dinero fácil que nunca acaba de llegar. Pero mejor escuchar directamente al colombiano Germán Meneses, corredor y catador de la tostadora neoyorkina BRC Coffee, quien explica que en Vietnam “el café tomó mucha fuerza varios años después de la guerra, hacia la segunda mitad de la década de los años ochenta”. Además de la incidencia de la política local ‘Doi Moi’ (renovación), se logró ayuda del Banco Mundial. “A lo anterior se suman la eficiencia de los sistemas de riego y la buena cantidad de fertilizantes que aplican a los cultivos; por otro lado se cuenta con una mano de obra incansable y más barata que en Latinoamérica”.


Carlos Ardila Lülle
Con la caña del azúcar pasa algo parecido. Sin embargo, el destino de la mayor parte de la producción es, a diferencia del café, abastecer un mercado interno en alza. De las 2 millones de toneladas producidas (de 19 millones de caña), el 75% va directamente al consumo doméstico e industrial (dulces, gaseosas, etc.). Aquí, el monopolio es patente. El conglomerado Ardila Lülle es uno de los más grandes de Colombia. Se originó en la industria de bebidas gaseosas que llegó a monopolizar, de manera que en la actualidad solamente compite con Coca Cola, ya que la franquicia de Pepsi está en sus manos. Posee empresas textiles y la cadena de radio y televisión RCN, una de las dos que controlan los medios colombianos. Una joyita vamos. El tipo fue capaz de imponer una medida tan irrisoria como nefasta económicamente: en Colombia la Ley 693 (2001), ordenó que a partir de 2006 la gasolina en las ciudades de más de 500 mil habitantes debía contener etanol (producido a partir de caña). Con la excusa de valores ecológicos y medioambientales, la medida salió adelante a pesar de que el costo de producción del etanol es superior al de la gasolina, pero además la imposición permite a Ardila Lülle vender el galón de etanol a US$ 2,40 mientras el de gasolina es vendido por Ecopetrol a US$ 1,26.

De este manera, ambos cultivos representan a la perfección la sinrazón del sistema capitalista. Tierras fértiles en manos de grandes latifundios que apuestan por invertir en monocultivos intensivos para vender las materias primas en crudo a las empresas multinacionales, leyes agrarias que potencian esta fórmula, campesinxs que seducidos por el dinero fácil acaban sucumbiendo ante la imposibilidad de competir en el mercado internacional (o los tradicionales problemas de las cosechas- lluvias, plagas, enfermedad holandesa-) y una población que sufre déficits alimenticios que podrían ser cubiertos con otra política agraria y una explotación más racional dedicada a cubrir las necesidades básicas de sus ciudadanxs.


Y en la otra cara de la moneda nosotrxs. Nuestros consumo irresponsable, nuestra falta de conciencia respecto de un problema que es el problema de todxs. Hasta cuándo mantendremos ese absurdo de reclamar justicia y no hacer más que maltartarla. Falta coherencia, falta que lo entendamos, que lo sintamos. Y falta construir alternativas para ayudarnos a rebelarnos. Entender a fondo que como decía Martin Luther King, “la injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes”. O esta otra, de Ghandi; “vive sencillamente para que otras puedan, sencillamente, vivir”.
Más info en:

- http://repository.unm.edu/bitstream/handle/1928/10550/Am%C3%A9rica%20Latina%20imperialismo%20recolonizaci%C3%B3n.pdf?sequence=1

- http://www.marxismo.org/files/LasVenasAbiertasdeAmericaLatina.pdf


martes, 30 de octubre de 2012

LA ESCALOFRIANTE MILITARIZACIÓN DE COLOMBIA. Apuntes sobre un estado de sitio encubierto.

Colombia es un país tomado por las armas. Es imposible abstraerse a la aglomeración de polícias y soldados que se acumulan en las plazas, calles y carreteras a lo largo y ancho de su territorio. Con una dotación cada vez mayor de efectivos (625.000 efectivos en el año 2010) la excusa de la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla ya no es creíble. Un oscuro negocio, auspiciado por su socio del norte, se erige en el centro del vendaval, con una sociedad civil cada vez más cansada de las miserias diarias que ha de soportar en pos de una supuesta seguridad que no se traduce en los hechos. Las estadísticas dicen que en Colombia no solo no han descendido los pequeños delitos sino que han aumentado; la guerrilla sigue activa y el los grandes beneficiarios del tráfico de drogas (en ambas trincheras) campan a sus anchas. Sin embargo, las inversiones extranjeras en armamento y equipaciones no paran de aumentar y, si bien es cierto que la gente ve con otros ojos la política de interior del gobierno de Santos (el actual presidente) respecto de la de su predecesor Uribe, el hartazgo es generalizado ante las constantes vejaciones (cacheos, inspecciones de autos y buses, detenciones arbitrarias...) y violaciones de derechos humanos. Sin contar con la proliferación y consolidación de los grupos paramilitares que ejercen la ley del terror en vastas regiones del interior del país.

En un solo trayecto llegué a vivir el absurdo de 3 retenes consecutivos en menos de 30 km que nos hicieron bajar y ser revisados, como si todo ese dispensario en equipamiento no sirviera para comunicarse por radio y avisar de que tal autobus esta limpio. La gente esta cansada. Además, los abultados sueldos de las fuerzas represivas y su actitud de superioridad generalizada respecto de los civiles va causando mella en la sociedad, que poco a poco va aumentando su desprecio por unas fuerzas armadas que no sienten como suyas. Todo atiende a una estrategia sistémica en la que mandan las grandes fortunas y los intereses de los grandes propietarios que ven en las reclamaciones históricas de la guerrilla (muchas veces encarnadas en sectores de trabajadores en la actualidad y ya no en la propia guerrilla) una amenaza patentehacia sus intereses. Si bien es cierto que esta última no ha hecho más que ganarse a pulso la indiferencia popular (cuando no el rechazo), una parte creciente de la sociedad va comprendiendo que todo es una farsa y que el dinero que es invertido en defensa bien podría destinarse a luchar contra las causas de un conflicto que no deja de ser el conflicto de siempre, el conflicto de cualquier parte: el injusto reparto de la riqueza y la acumulación de esta en pocas manos que no hacen más que perpetuar su status sin reinvertir sus ganancias en mejorar las condiciones de la vida del país.

Una juventud cada vez más consciente de su papel en este juego pone de manifiesto cada tanto la inoperancia de un sistema injusto y recibe balas a cambio. Bien lo saben los estudiantes de Manizales, de Medellín o de Bogota; facultades que acumulan muertos en lugar de becas y propuestas de mejora. Lejos de amedrentarse, esta joven generación sigue rebelándose a pesar de la brutalidad con la que son reprimidas sus demandas de revisión e igualdad social. Es bochornoso presenciar los medios con los que cuentan las fuerzas represivas en un país con tantas desigualdades y en el que la pobreza es un factor hereditario. La publicidad y los voceros cumplen su papel, como era de esperar. Las campañas de exaltación patriótica estan en todas partes, pero sobre todo en aquellos lugares donde la tradición subversiva y constestataria es más evidente. Para joder, supongo. Sin embargo, las fachadas de muchas ciudades son un termómetro perfecto para medir la capacidad de resitencia de una población que no calla.

Los métodos para captar nuevos integrantes son definitorios. Gentes humildes que fueron desplazadas de sus tierras y que no han sabido comprender quien es el enemigo acaban engrosando las filas del aparato que les había expulsado; se encuentran luchando para defender los intereses de sus verdugos y disparando a lxs que pelean por mejorar las condiciones de sus iguales. El mundo al revés; el absurdo mundo que deja a Colombia, un país empobrecido y preso de los desgnios de sus inversores extranjeros, con una militarización creciente que, lejos de apaciguar sus conflcitos, no hace más que reavivarlos. Así, Colombia tiene el honor de ocupar un aberrante tercer escalón en el podio de las inversiones en seguridad con relación a su Producto Interior Bruto, sólo superado por Israel (8,7%) y Burundi (6,3%). Por no hablar de las cantidades recibidas de forma indirecta desde Estados Unidos en campañas como el famoso Plan Colombia.


 Ante una creciente conflicitividad social, fruto de la expresiones cada vez más descaradas de la desigualdad en el seno de las jóvenes democracias sudamericanas y de los anhelos inalcanzados de una población acostumbrada a la sumisión, la respuesta de los gobiernos, como en el caso de Colombia, es la porra y las balas. Mientras tanto, la educación, el acceso a la información y el trabajo, la industria, la reforma agraria y las políticas sociales se quedan, ahogadas, en el fondo de las agendas.

viernes, 12 de octubre de 2012

MEDELLÍN Y LA VENTA AMBULANTE. El último reducto ya está en el punto de mira.

Las paredes hablan (Popayán en solidaridad)
Es viernes, 5 de Octubre. Ayer llegué a Medellín, la famosa ciudad de Pablo Escobar que, hace poco menos de 15 años vivía controlada por la mafia del cárter y las promesas de dinero fácil y rápido para una generación de jóvenes sin recursos. Hoy, 15 años después, apenas queda el recuerdo de esos tiempos que lxs paisas (lxs habitantes de Medellín) tratan de borrar de sus vidas, aunque la simpatía por Escobar se respire en las casas de comida del casco viejo. Mientras paseo por la plazoleta de San Ignacio, cámara en mano y ojos bien abiertos, se me acerca un policía pidiéndome la identificación. Piensa que soy periodista. La razón: los fuertes disturbios que hace 2 días arrancaron a escasos metros de donde estamos tras los enfrentamientos entre la ESMAD (la brigada antidisturbios) y lxs vendedorxs ambulantes de la ciudad.

Resulta que el alcalde de la ciudad, Anibal Gavíria, está dispuesto a erradicar el trabajo en negro de las calles de la urbe. Lxs ambulantes, que venden de todo desde que Medellín es Medellín (o desde que el mundo es mundo), al igual que en la mayoría de ciudades colombianas (al menos en las que he estado), están en el punto de mira gubernamental. Al no pagar impuestos, el aparato estatal no recauda lo que debe. Y digo debe porque resulta que esta ciudad se encuentra en un proceso complicado, con unas severas deudas. Tras los años 90, los años de la “droga”, las autoridades locales iniciaron un plan de rehabilitación y modernización bastante importante. De hecho, choca bastante el mantenimiento y funciones de servicios como el metro o el Parque Arví, precisamente por lo bueno y bien hecho en comparación con otras ciudades del país. Pero este proceso, que sirvió para mejorar la vida de lxs paisas (pero, sobre todo, para dar una imagen de progreso y seguridad hacia el turista), claro esta, no es gratis. Y lxs acreedores reclaman su pedazo del pastel con grandes intereses.

Marcha del 3 de Octubre en Medellín
El problema es que esta razón de fondo que plantea el ayuntamiento es muy discutible. En primer lugar, tanto el servicio de metro como la explotación del Parque Arví se hayan en manos de corporaciones privadas adjudicadas a dedo por el gobierno de la ciudad. En segundo término, los precios de ambos servicios ya se hayan lo suficientemente remunerados como para recuperar, con el tiempo, la inversión realizada, siempre y cuando, claro esta, no se hubiera “regalado” su gerencia al mejor postor. Y por último, es muy dudoso que el fin último del ejecutivo sea el que dice, pues implementar el cobro de impuestos a estxs pequeñxs comerciantes parece una obra quijotesca, muy difícil de poner en marcha, si no es borrándolos del mapa por lo menos a la inmensa mayoría de ellxs. Además, solo hay que darse una vuelta por estas latitudes para entender que la venta ambulante es no solo un signo identificativo y cultural aquí, sino el medio más común de ganarse la vida, precisamente para las personas que este sistema, con la connivencia del Estado colombiano, ha empujado a la marginación y a romperse la cabeza buscándose la vida. Personas que son, por supuesto, la inmensa mayoría de la población.

Así pues, el objetivo fundamental debe ser otro. Y hay es donde se intuye que, quizás, este sea salvaguardar los intereses de las grandes corporaciones, especialmente los almacenes y grandes superficies que van abriéndose paso salvajemente condenando al pequeño comercio y al vendedor callejero a una situación cada vez más dramática. Resulta espantoso comprobar como el mundo entero parece dirigirse irremediablemente a las hileras de productos prefabricados en grandes superficies, ofreciendo una calidad mucho peor y encima eliminando infinidad de puestos de trabajo mientras se olvida del mercado, de la plaza, de la calle. Una campaña institucional y mediática en la que la propaganda y la puesta en escena del “nuevo producto” pretenden ahogar, aquí también, a lxs vendedorxs habituales de lxs ciudadanxs. Es el último episodio del expolio. La sociedad colombiana, como el resto de gentes en sudamerica, ha visto como el colonialismo económico ha ido acaparando todos los ámbitos de la relaciones comerciales; y ahora pretende hacer negocio con uno de los últimos reductos: la alimentación y las ventas minoristas. Sin reforma agraria, sin industria nacional y, ahora, sin poder buscarse la calma del día a día. Porque aquí se vive así, al día. Sin embargo, me ha sorprendido la capacidad de una parte importante de la sociedad colombiana, desencantada en general de la política, pero con la suficiente personalidad como para entender las razones de lxs que protestan.

Los almacenes Éxito. La gran amenaza.
Tras darle el pasaporte y comprobar que realmente no estoy allí por motivos periodísticos, el policía me devuelve el documento y se va. Al darme la vuelta entiendo porque se ha pensado que era de la prensa. Una dotación de la ESMAD, parapetada como una especie de guerrerxs del futuro, con unas protecciones que les cubren de los tobillos a la frente, se encuentra preparada para reprimir la nueva marcha convocada por lxs manifestantes. Es la segunda en tres días. Analizando los medios de unxs y otrxs, cuesta creer la noticia de que 2 policías resultaran heridxs. El saldo de la primera concentración se cerró con 40 detenciones, 15 de ellas de menores de edad, y numerosos destrozos en grandes comercios y edificios públicos, especialmente el mega supermercado Éxito (cadena que se extiende como una gran hidra por todo el país) del barrio de San Antonio. Parece, por tanto, que lxs que protestan saben qué es lo que esta en juego, qué intereses se están defendiendo por parte de los poderes públicos y quienes son los enemigos; esto es, las grandes cadenas.

Mientras espero la buseta para volver a Santa Elena, una columna de gentes inunda la calle adyacente. Hay mucho joven y mucha rabia. El enfrentamiento esta servido. La “tranquila” Colombia que venden los tour operadores y la televisión va entendiendo, poco a poco, cuales son los siguientes “requisitos” en el juego neoliberal. Falta saber si no será demasiado tarde, si los tentáculos ya están demasiado preparados y si realmente tienen una alternativa real a este estado de cosas sin tener que derivar en un enfrentamiento social en el que, por supuesto, tienen todas las de perder. Subo al bus. Una columna de humo se levanta sobre Medellín.

miércoles, 3 de octubre de 2012

WAYUU. Un pueblo de luchadorxs.

El grupo indígena más numeroso de Colombia (con un 20% sobre el total indígena) habita las llanuras y páramos desérticos de La Guajira, en el noreste del país. Es un pueblo famoso por su histórica lucha frente a otros pueblos precolombinos y su resistencia frente a los españoles que nunca fueron capaces de someterlo. No fue hasta el s XIX que los gobiernos de Colombia y Venezuela comenzaron su plan de “integración” para estas comunidades que, sin embargo, han conseguido mantener una autonomía única en ámbitos como la administración de justicia o el pago de impuestos. Quien visita el norte de Colombia conoce a estas gentes de rostro adusto y serio, marcado por el calor y el sol, y una historia de saqueos, extorsión y perseverancia en sus ideales.

La pesca, el pastoreo de cabras y el floreciente turismo son las herramientas con las que cuenta este pueblo desplazado cada vez más hacia zonas desérticas en donde se ve obligado a abandonar la horticultura, práctica tradicional en su trayectoria histórica. Pero parece que lejos de terminar, las pruebas del destino siguen firmes y variadas para lxs wayuu. A los problemas tradicionales de los pueblos indígenas actuales hay que sumarle las extremas condiciones ambientales de las zonas en que han sido arrinconadxs, la presencia de la ESMAD (nuestros antidisturbios) en la zona que actúa con absoluta impunidad (llegando a cometer matanzas y violaciones como la de Bahía Portete) y un modelo económico y turístico centrado en el usar y tirar y que tiene en el plástico su musa absoluta. Lo de la ESMAD bien merece un artículo aparte, pues nos hayamos ante un cuerpo paramilitar totalmente legal que ha ido creciendo en los últimos 10 años con el objetivo de aplastar cualquier signo de protesta social; especialmente con los movimientos estudiantiles. Y tres cuartas partes ocurre con el tema del plástico. Sin duda, el mayor cáncer que sufre la totalidad del planeta. Allá por donde he pasado es imposible no encontrar montones de plásticos y envoltorios amontonados: mares, ríos, montañas, valles, desiertos... parece que ya nada escapa a esta maldición tan cotidiana. El desierto de La Guajira no es una excepción al respecto. Es lamentable ver como un lugar tan hermosos y salvaje tiene que soportar esos residuos; un lugar que no esta hecho para el ser humano, pero en el que este es capaz de llegar, asentarse y acabar afeándolo.

Camorristas de la ESMAD imponiendo La Ley en Rioacha
En Camarones, uno de esos pueblitos de pescadores perdidos en los que uno echa el día pescando y tumbado a la bartola, me encontré con uno de los líderes indígenas wayuu más viejos del lugar. Me contó los problemas de su pueblo: la falta de infraestructuras, las promesas incumplidas de los diversos gobiernos estatales, el encarecimiento de la vida y la falta de soluciones a corto plazo, las intrigas sindicales y los favores del poder. Una conversación muy interesante en la que comprobé que aunque la corrupción está en todas partes, también en todas partes esta la honestidad y la lucha humilde de lxs que no descansan en la tarea de ayudar a sus comunidades y hacerse respetar.


En el cabo de la vela y toda la Alta Guajira los problemas que comentaba se acrecientan. A lxs pobladores de estas tierras primero se les persiguió durante siglos, finalmente se les conquistó y ahora, después de la pérdida en personas y en ciertas leyes y estructuras de administración de la justicia popular, resulta que el ejército no llega hasta estas latitudes. Precisamente en Colombia, un país avergonzantemente militarizado. El dato, pudiendo en apariencia no ser malo, es nefasto. Las bandas de asaltantes campan a sus anchas y no precisamente para iniciar un levantamiento popular. El cóctel del atractivo turístico y la falta de recursos de la zona, mezclado con unos tópicos interesadamente idealizados sobre el consumismo y la cultura occidental, recae sobre los jóvenes de Rioacha de forma clara: sus ídolos no son el subcomandante Marcos o el Che sino Messi y Cristiano Ronaldo. Resultado: el aumento de la tasa de pequeños robos, la adicción al pegamento base y la apertura de nuevos centros comerciales con el rostro de los “nuevos dioses”. La mafia ha sustituido al Estado, pero los problemas indígenas persisten.

Lxs wayuu, un pueblo milenario con una rica lengua propia (hablada por el 97% de su población frente al 65% que habla español) y un curriculum de resistencia política y cultural a prueba de bombas, se haya de nuevo en peligro. Con una encrucijada en la que “liberados”como nunca se hayan “prisioneros” para siempre. Ojalá no pierda esta tierra ese aire añejo y autentico que uno puede respirar cuando pasea por el mercado de Uribia y lxs indígenas arrancan un nuevo día, cargados de tradiciones, batallas y nuevos enemigos. 

Más info en:

http://www.verdadabierta.com/la-historia/3202-la-masacre-de-bahia-portete

http://www.revistaescala.com/attachments/439_caracterizaci%C3%B3n-del-pueblo-Wayuu.pdf

http://pueblowayuu.blogspot.com/

http://kaosenlared.net/america-latina/item/31183-ante-la-creciente-movilizacion-social-en-la-guajira-la-respuesta-es-el-esmad.html
 

viernes, 21 de septiembre de 2012

ANÁLISIS DE LAS ELECCIONES EN QUEBEC. Un nuevo escenario hacia la independencia.

 Hace unos días fueron las elecciones generales en Quebec. El Partido Liberal (PL) de Jean Charest, el que era hasta entonces el presidente de este territorio, se había visto obligado a convocar unos comicios que ha terminado por perder por las mismas razones que lo hicieron adelantar la cita electoral: la crisis de la huelga estudiantil que ya comenté, diferentes escándalos económicos y las reacciones ante el Plan Norte son algunas de las principales causas. Ese desgaste le ha costado la presidencia en favor del Partido Quebequés (PQ), de corte independentista y centrista. Es decir, lo que vendría a ser una especie de socialdemocracia conservadora pero con aspiraciones nacionalistas. Por lo tanto, podemos hablar de un escenario diferente pero que tendrá que ser evaluado con lupa en los principales frentes abiertos: crisis estudiantil, reivindicaciones soberanistas, políticas económicas y agitación social.

La historia de Quebec y sus reclamaciones independentistas presentan un sinfín de idas y venidas y características peculiares que la hacen bastante complicada de explicar. A modo de resumen, estas tienen su origen antes incluso de la creación de Canadá como país, a mediados del s XVIII ante la invasión inglesa. Desde entonces la lucha por ser un país diferenciado del resto de Canadá ha presentado distintos escenarios. Con una población francófona de más del 80%, lo cierto es que cuando uno ha estado en Quebec y cruza la frontera hacia Ontario no puede dejar de sentir que realmente ha llegado a otro lugar, ya no quizás un país, más bien otro mundo. A las características sociales y costumbres, más allá del tema de la lengua, fundamental por otro lado, diferenciadoras de esta región se une un historial de prejuicios y ataques por parte de los intereses anglosajones y estadounidenses dominantes de la otra parte. Como ejemplo, cuando un habitante de Quebec sale fuera de esta región tiene el derecho de ser atendido por los empleados públicos (médicos, funcionarios, policías, etc.) en francés, pero esto rara vez sucede.

Se podría decir que Quebec esta más cerca del modelo de vida europeo mientras que el resto de Canadá es un apéndice de los Estados Unidos. El aire cosmopolita de su capital, Montreal, su oferta cultural, su ambiente en las calles, los movimientos sociales.. son algunos de los rasgos diferenciadores respecto de la otra parte. Sin embargo, no todo lo que reluce es oro. Por supuesto, tanto el PL como el PQ tienen un sesgo conservador y neoliberal, si bien pueden diferenciarse en algunas cuestiones de carácter social, aparte del asunto territorial. Digamos que la izquierda soberanista, liderada por el partido Quebec Solidaire, es una fuerza residual, aunque con una creciente importancia por su vinculación a las protestas sociales actuales. De esta forma, el panorama que se dibuja es un rompecabezas en el que aparecen diferentes actores: Canadá y su gobierno central, una población autóctona polarizada entre el independentismo y la pertenencia respecto a este, el auge del nacionalismo indígena y sus reivindicaciones históricas; y una conflictividad social que va más allá del oui/non soberanista y que apunta a los pilares del modelo neoliberal con una fuerza y organización sorprendentes.

1995 Quebec referendum
Jacques Parizeau & Lucien Bouchard
Pero lo cierto es que la historia reciente en relación a la cuestión soberanista se las trae. En Quebec ha habido 2 referendums vinculantes para decidir si este se independizaba del útero canadiense. El primero fue en 1980 y resultó un fiasco para el PQ pues gano el non con un 60% de los votos, explicado en gran medida por una campaña desde el gobierno central de Canadá prometiendo la inclusión de las demandas de los habitantes de Quebec en una nueva constitución. Por supuesto, una estrategia rentable que luego no llegó a culminarse. La segunda cita se dio en 1995 y aquí ya la cosa adquiere tintes dramáticos. La verdad que se ponen los pelos de punta cuando te lo explica algún quebecua que lo vivió en primera mano. Resulta que durante toda la cita el resultado se encontraba bastante igualado pero siempre con una escasa ventaja del oui. Cerca de la hora de cierre de las urnas, miles de personas festejaban ya la victoria independentista cuando los resultados se volcaron. Así, de un minuto a otro, el non tomó la delantera. Stefan (un amigo del norte de Quebec) me explicaba que a las 23:55 Quebec era un país soberano y que a la medianoche ya no. Un duro palo que sin duda, costó, cuesta y costará digerir a toda una generación de jóvenes que realmente creían que la opción independentista traería más justicia, respeto y libertad a su país.

Con la reciente victoria del PQ y su vuelta a la mandato, las reacciones no se han hecho esperar y toda la maquinaria “democrática” interna y externa se ha puesto manos a la obra aclarando que esta victoria nada tiene que ver con el deseo de independencia. Si bien es cierto que la victoria ha sido mínima, resulta bochornoso observar el miedo a los referendums y consultas populares por parte del Poder. El escenario, por tanto, presenta todos los ingredientes para vivir tiempos convulsos en esa bella tierra del noreste americano, y sin duda, una nueva cita consultiva será planteada antes o después. Sin embargo, de nada servirá, en mi opinión, la independencia de Quebec (o de cualquier otro territorio) sin que esta vaya acompañada de una revisión profunda del modelo económico, productivo, social y de valores. Por lo que he podido comprobar, Quebec presenta las características oportunas para que realmente pueda vivir un cambio profundo y radical, pero ya sabemos que se encontrará con todos los obstáculos posibles tanto interna como externamente, en los procanadienses y en muchos proquebecuas, pues los caminos de la revolución siempre se llenan de enemigos. 
Intento de atentado contra Pauline Marois. Septiembre 2012
De momento, la calma no duró ni 5 minutos, pues cuando Pauline Marois (la nueva gobernante de Quebec) se encontraba celebrando la victoria, un seguidor del PL trató de asesinarla disparando un arma y matando a una persona. Intento de golpe de Estado o macabra casualidad, este episodio no hace más que reforzar la idea de que la agitación esta servida y que seguramente el conflicto Canadá-Quebec vivirá momentos decisivos en un futuro no muy lejano.



CRONOLOGÍA HISTÓRICA DEL CONFLICTO EN QUEBEC

  • Mitad del s XVI: Primeras incursiones contra los pueblos indígenas.
  • 1608. Nace Nueva Francia con la fundación de la ciudad de Quebec.
  • 1756-1763. Guerra de los 7 años entre el Imperio Británico y Francia.
  • 1763. La Conquête. Colonización Británica.
  • 1764. Ley de Quebec: garantiza el uso de la lengua francesa, la práctica de la religión católica y el uso del Derecho Romano en lugar del Jurisprudencial anglosajón.
  • 1791. Ley Constitucional de Canadá: se delimita el Alto Canadá (actual Ontario) y el Bajo Canadá (actual Quebec).
  • 1960. Revolución Tranquila bajo el mandato de Jean Lasage.
  • 1976. Victoria del Partido Quebequés. Promulgación de la Ley101 pasando el francés a ser la única lengua oficial.
  • 1980. Primer referendum por la independencia. Gana el NO con un 60%.
  • 1995. Segundo referendum. Gana el NO con un 50,4%.
  • 2003. Victoria del Partido Liberal de Jean Charest.
  • 2006. Canadá reconoce a Quebec como una nación integrada en un Canadá unido.
  • 2012. Victoria del Partido Liberal de Pauline Marois.


    Más info:

    http://www.zenbatgara.org/eus/txostenak/quebec-esp-zg4.htm

    http://www.rocler.qc.ca/turp/esp/forjando/forjando.htm

    http://www.canadaenespanol.com/quebec.htm

martes, 18 de septiembre de 2012

EL PLAN NORTE EN QUEBEC. Otra vuelta de tuerca del sistema capitalista.


Enmascarado como un proyecto de “desarrollo sostenible”, esa cuña de nueva acepción que tanto gusta dentro del circo democrático, se presentó el año pasado el denominado Plan Norte, un negocio empresarial que pretende explotar las cuencas mineras del norte de la región. Una vasta zona de bosque boreal, ya de por sí sacudido por una deforestación incontrolada, que ve como ahora es amenazada por la gigante Hydro-Quebec. En esta región viven cerca de 150.000 habitantes indígenas de diferentes clanes: Inuits, Cris, Naskapis e Innus; una región de más de 1.000.000 de km2 que representa el 70% del territorio total de Quebec. Es decir, un nuevo ataque de la máquina capitalista empeñada en esquilmar hasta el último rincón del planeta en pos de un supuesto progreso que ya nadie reconoce como tal.

Al igual que en otras partes del globo, la lucha contra este ataque a los recursos del planeta y a las diferentes formas de vida que llevan habitando esa zona desde tiempos ancestrales no se ha hecho esperar. En Montreal fuimos testigos de como se estaban organizando grupos de personas para apoyar la lucha de los pobladores del norte de Quebec en una acción coordinada de resistencia en la que estos grupos acudirían para permanecer en los bosques y bloquear y sabotear el avance del proyecto. Por supuesto, la maquinaria propagandística ha hecho su trabajo y el proyecto ha sido vendido como un paso más en la explotación “necesaria” para mantener un “desarrollo sustentable” puesto que las políticas neoliberales consideran prioritaria la explotación de las zonas mineras, todo esto sin tener en cuenta, por supuesto, las consecuencias a largo plazo para el ecosistema y los pueblos de esta zona. Con la excusa de proteger el 20 % del territorio con la creación de reservas naturales y proyectos de ecoturismo, la élite financiera pretende explotar el 80% restante entregándoselo a Hydro-Quebec y otras empresas mineras. Es decir, solo vale aquello que produce un beneficio económico y que, además, no tiene una consecuencia positiva en los lugareños pues estos beneficios recalan en el ámbito privado. En este sentido cabe destacar que las empresas mineras acostumbran a no pagar los impuestos a los que están obligados, defraudando al fisco, hecho que en Quebec (y el resto de Canadá) supone un insulto pues la población se ve sometida al pago de unos impuestos indirectos exorbitados.


Por otro lado, es muy interesante la respuesta de una de las activistas indígenas ante el ofrecimiento del gobierno de Quebec: “Yo soy Innu, pero no soy propietaria ni vendedora, yo soy una guardiana del territorio”. Y es que la lógica del capitalismo sólo entiende de precios, de beneficios económicos y de extorsión, pero una vez más, el movimiento indígena da muestras de sus valores y prioridades y esta dejando claro que no será fácil comprarles. El reciente cambio en el poder, ante la victoria del Partido Quebequa, presenta un posible cambio de escenario aunque los protagonistas siguen esperando cual será el siguiente paso de la nueva formación. Las espadas están en alto y todo hace prever que el conflicto solo acaba de comenzar.

Más info:



http://rabble.ca/news/2012/04/jean-charests-destructive-plan-nord